Temor: otra falla del Estado
“El aumento de la delincuencia ha traído en los últimos 20 años no sólo aumento del gasto, sino de un fenómeno aún más delicado: el temor”.
Por Eugenio Guzmán
El aumento de la delincuencia ha traído en los últimos 20 años no sólo aumento del gasto, sino de un fenómeno aún más delicado: el temor. Las cifras son elocuentes. Desde el 2000 las encuestas de victimización por delitos de robo se han mantenido prácticamente inalteradas. Si bien esto podría ser interpretado de manera positiva, cuando se observa lo que ocurre en grandes centros urbanos la situación no lo parece tanto.
Así, al comparar fechas similares para evitar cualquier efecto estacional, apreciamos que entre octubre de 2000 y diciembre de 2013, la victimización de Santiago y ciudades principales aumento en 10%. Luego de hacerse las proyecciones, el aumento es enorme y particularmente estaría afectando a sectores emergentes y clases medias.
Para los escépticos de las encuestas, lo concreto es que el fenómeno se manifiesta en el temor. En igual período, el porcentaje de personas que manifiestan alto temor se mantuvo prácticamente igual, es decir, entre 12,3% y 11,6% respectivamente.
A lo anterior se suma una nueva amenaza, a saber, la inseguridad derivada de los actos de terrorismo organizado o anarquismo que hoy enfrentamos. Si este mantiene su nivel actual, no hará más que aumentar la inseguridad y disminuir aún más la deteriorada confianza interpersonal en nuestra sociedad, lo que ciertamente no es un fenómeno saludable para el desarrollo.
Esta falla del Estado sugiere que existen problemas estructurales, que además involucran a nuestro sistema político.
La forma de abordar el tema ha estado teñida por dos modelos, que si bien en principio son complementarios, en la práctica corren paralelos. En concreto, propuestas tendientes a mejorar nuestro sistema judicial y fortalecer los sistemas de sanciones y operación policial. Mientras, el problema no se resuelve y año a año nos vemos enfrentados a frases grandilocuentes que condenan la delincuencia.
El Gobierno pareciera creer en la fórmula retórica, por ejemplo, cuando cree que la detención de los supuestos implicados en el caso bomba del metro estaría resolviendo el problema. Asimismo, empatar diciendo que esto también ocurrió con Piñera, como lo señaló Peñailillo, tampoco resuelve el problema. Muy por el contrario, deja en evidencia que esta falla del Estado tarde o temprano nos pasará otras cuentas, como el deterioro de las estructuras de confianza y la forma como nos relacionamos.