Espacios culturales, actividades comerciales
Por Andrés Rodríguez P.
Por Andrés Rodríguez P.
La utilización de importantes espacios culturales, museos y edificios públicos con gran trayectoria y belleza en actividades de diversa índole -no necesariamente ligadas a la cultura- es algo que se hace cada vez más frecuente. En las principales ciudades de Europa y Estados Unidos se viene practicando desde hace algún tiempo. En nuestro país, el Museo de Bellas Artes ha acogido actividades distintas a su giro cotidiano y en ese y otros espacios públicos -incluido el Teatro Municipal de Santiago- se han realizado algunas actividades comerciales o promocionales que han sido muy exitosas.
La idea es buena y ofrece distintas ventajas. Desde que un público no habitual conozca por dentro edificios patrimoniales de importancia hasta el hecho de que ese visitante pasajero se entusiasme con el recinto, se interiorice de lo que allí ocurre y decida volver a ver algo de su actividad regular. Y a los edificios, museos, lugares con larga tradición o simplemente bellos arquitectónicamente hablando los revitaliza y los da a conocer bajo una perspectiva diferente.
Por cierto que no se trata de realizar cualquier actividad en cualquier recinto ni por cualquier motivo. Pero en esta materia, un gran desfile de modas en la Opera de París ha sido algo exitoso que se ha realizado en el pasado. O una cena de celebración de alguna institución en el escenario del Metropolitan Opera House de Nueva York tampoco sorprende a sus habitantes. Lo importante es elegir con cuidado la actividad que se realizará en un determinado espacio.
Todos ganan con esta fórmula. Los edificios y lugares elegidos se valorizan aún más. Se abren a mucha gente que no los conoce. A otros se les abre el apetito por “descubrir” nuevos espacios para sus actividades. Y nuevas fórmulas para mostrarlos al público. Y como nada es gratis, los edificios patrimoniales perciben un ingreso al arrendarse para estos efectos. Elegir el espacio justo, con una actividad apropiada para dicho recinto es la ecuación que hay que cuidar. Pero es una nueva manera de poner en valor las riquezas de nuestro patrimonio.