Hacia dónde va el gas
Por Matías Concha
“Regular y liberalizar es una política deseable, ya que los precios bajan y el servicio se mantiene en un alto estándar”.
Por Matías Concha
Corría el año 1995 y los Presidentes de Chile y Argentina suscribían el protocolo que dio inicio a una interesante y controvertida historia del desarrollo del gas natural en la zona central de Chile. En ese minuto, el gas natural no tenía ningún historial y desde un punto de vista constitucional no se podía quitar arbitrariamente clientes a los proveedores del gas licuado, petróleo diésel u otro combustible. En un contexto de libre competencia, el gas natural ofrecía una barrera de costos y un atributo ambiental que fue suficiente para viabilizar su introducción. Como no había monopolio, no se podía regular nada, y lo único que planteaba la ley era que si la rentabilidad de los activos sobrepasaba un cierto límite, el Estado tendría la facultad de regular sin definir el cómo.
A partir de su introducción, el sistema actual ha permitido desde el año 1997 contar con competencia, con precios más bajos que los históricos sustitutos, con seguridad de suministro residencial a pesar del corte de gas argentino y con una efectiva herramienta para combatir la congestión y contaminación en Santiago. Si bien desde el punto de vista regulatorio Metrogas es el único proveedor de gas natural en la Región Metropolitana, técnicamente no es un monopolio, ya que la penetración residencial bordea el 70% y posee varios sustitutos. Año a año se ha calculado la rentabilidad, pero el último período la CNE calculó una rentabilidad de 16,9%, lo cual gatillaría una regulación y está muy por sobre el 10,7% que argumenta Metrogas.
Independientemente del valor a considerar, hay expectación frente a lo que determine el Tribunal de Libre Competencia y ocurra posteriormente. Si se avanza en una regulación, las continuas directrices de países pro competencia convergen al principio de regular el activo (o ducto) que es la barrera de entrada, pero al mismo tiempo se da acceso libre a los comercializadores que permitan una mayor competencia, siempre y cuando no haya conflicto de intereses entre la empresa que transporta y la que comercializa el gas. El caso de la liberalización en Inglaterra a mediados de los 80, del modelo nórdico a partir de 1991, de la experiencia de EE.UU., de la confluencia de los distintos modelos europeos y el caso de Singapur en 2008 dicen que regular y liberalizar es una política deseable, ya que los nuevos entrantes traen propuestas innovadoras, los precios bajan y el nivel de servicio se mantiene en un alto estándar.
El tema de fondo es que existe una ley y, de acuerdo con cómo se interprete, existe la duda en cómo avanzar si la rentabilidad está por sobre el umbral permitido. Antes de regular, hay que definir bien si se busca regular para controlar y mantener un monopolio natural, engrandecer un Estado Benefactor o tomar el desafío para desarrollar un sistema que permita generar competencia, reducir los precios y perfeccionar un nivel de seguridad y servicio, sobre todo en el suministro de energía que Chile tanto necesita.