Oídos abiertos
“Los padres de clase media quieren alejarse de un ambiente social estigmatizado, como es el de las escuelas municipales, y a eso apuntan cuando inscriben a sus hijos en colegios particulares subvencionados. Ven en estos colegios un camino para que sus hijos se aparten de un entorno social del que quieren alejarse”.
Hoy se reunirán los padres y apoderados de colegios particulares subvencionados, la Confepa, la Conacep y la FIDE (Federación de Instituciones de Educación) en un acto que pretende “sensibilizar” a los parlamentarios frente a los puntos que rechazan de la reforma de la educación. El evento es en el Teatro Caupolicán, en un acto mediático, que además contempla la toma de las calles aledañas y que pretende convocar a 10 mil personas.
El sistema escolar imperante hoy está centrado en el esfuerzo de las familias, mientras que el Estado sólo cumple un rol lateral. La reforma no afectará sólo a los colegios, sino a los padres que han escogido estos establecimientos para la educación de sus hijos. Los padres de clase media quieren alejarse de un ambiente social estigmatizado, como es el de las escuelas municipales, y a eso apuntan cuando inscriben a sus hijos en colegios particulares subvencionados. Ven en estos colegios un camino para que sus hijos se aparten de un entorno social del que quieren alejarse.
Es por esto que están atemorizados. No están convencidos de que los cambios que traerá la reforma los beneficiarán. Por eso, no son un movimiento revolucionario, sino un movimiento conservador frente a la reforma. Quieren conservar las actuales reglas del sistema escolar, que saben que apuntan en la dirección que ellos escogieron para el futuro de sus hijos.
No extraña que lo que busquen es sensibilizar. Los parlamentarios de oposición han instrumentalizado el rechazo de estos apoderados a la reforma, haciendo mediática la visión de que ellos, los principales afectados, no la quieren ni la necesitan. El problema se polariza y la atención no se enfoca en el genuino sentimiento de esta gente y sus temores y anhelos frente a los cambios, que es precisamente lo que deberían tener en cuenta los legisladores. Es necesario escuchar lo que planteen estos padres en el Teatro Caupolicán y comprender su miedo frente a la incertidumbre. Sólo así podrá establecerse una visión objetiva de las reales implicancias de estos cambios en la educación, que no se ven sólo en la forma, sino en los sentimientos de los afectados.