Reformas
Nuestro país ha recibido un nuevo apodo: “el de las reformas”. Cuando se habla de ellas en el exterior el mensaje parece claro: son sólo superficiales y no afectan lo concreto. En cambio, en nuestro país, sabemos que se pasará la retroexcavadora. Se están desmontando las herramientas que llevaron a Chile a ser un referente. […]
Nuestro país ha recibido un nuevo apodo: “el de las reformas”. Cuando se habla de ellas en el exterior el mensaje parece claro: son sólo superficiales y no afectan lo concreto. En cambio, en nuestro país, sabemos que se pasará la retroexcavadora.
Se están desmontando las herramientas que llevaron a Chile a ser un referente. Hacen falta líderes que levanten la voz. El progreso de Chile se sustenta en la libertad integral para cada uno de sus habitantes, y no en la restricción, intervención y crecimiento desmedido del Estado. Esas fórmulas ya han sido probadas y han fracasado.
Francisco Sánchez.