Terrorismo I
Señor Director: El Instituto Nacional de Derechos Humanos, la Defensoría Penal Pública y hasta un embajador han criticado públicamente la investigación de los atentados terroristas y la propuesta de nuevas facultades. Investigar el terrorismo anárquico insurreccionalista es tan complejo como los crímenes de los lobos solitarios yihadistas. El terrorismo anárquico posee una estructura ideológica hermética, […]
Señor Director:
El Instituto Nacional de Derechos Humanos, la Defensoría Penal Pública y hasta un embajador han criticado públicamente la investigación de los atentados terroristas y la propuesta de nuevas facultades.
Investigar el terrorismo anárquico insurreccionalista es tan complejo como los crímenes de los lobos solitarios yihadistas. El terrorismo anárquico posee una estructura ideológica hermética, celular y sectaria, pero organizada internacionalmente. No es casualidad la participación de terroristas chilenos en España, los instructivos anarquistas del FAI/FRI descubiertos en el computador de Solar y Caballero, el nombre de Mauricio Morales usado por una “célula del fuego” en Grecia, las acciones solidarias hacia presos chilenos en Tailandia y Portugal o la difusión a través de portales digitales de una carta atribuida a Mónica Caballero.
El problema es que en sus crímenes se rigen por un estricto compartimentaje operacional. Cada célula es autónoma e independiente, pudiendo recurrir incluso a la acción individual para garantizar la impunidad del grupo. Por eso, probar jurídicamente la existencia de asociación criminal, en estricto rigor judicial, será muy difícil.
La solución pasa por la verdadera unión de todos. En España, sólo el acuerdo unánime del pueblo, políticos y jueces permitió encarcelar a más de mil terroristas, entre anárquicos, yihadistas, ETA, GRAPO y extrema derecha, erradicándolos casi completamente, después de más de 1.300 víctimas muertas en los últimos cien años.
Mauricio Valdivia Devia
Estudios Avanzados en Violencia
Universidad de Barcelona