Viaje a Finlandia
Jorge Barrera
Fundación Jaime Guzmán
Jorge Barrera
Fundación Jaime Guzmán
El Ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, viajó a Finlandia y Francia con el objetivo de profundizar los conocimientos respecto de sistemas educativos exitosos y de calidad.
No es necesario ir a Finlandia para ver las claves de su éxito educativo. Son innumerables los papers, libros e información que circula sobre la experiencia finlandesa.
Aunque la educación preescolar no es obligatoria en Finlandia, la regla es que todos los niños realicen este ciclo. ¿Cuánto énfasis les da la actual reforma a los niveles iniciales de educación? Allá, las madres pueden gozar de hasta 43 semanas de licencia maternal, con aproximadamente dos terceras partes de su salario, existiendo una licencia matrimonial que puede compartirse con el padre del menor. ¿Qué rol cumple la familia en el proyecto del gobierno? En educación primaria, cuentan con 6 años iniciales. Las clases son impartidas por profesores generalistas capacitados para impartir todas las materias. ¿Será posible esto en Chile si el foco no está puesto en la formación docente de excelencia? En Finlandia se postula a la educación secundaria habiendo completado la básica y, cuando hay más postulantes que vacantes, los institutos eligen a sus alumnos en función de sus notas; o sea, selección por rendimiento (afrenta para el socialismo chileno). ¿Nuestros expertos ministros no sabían nada de esto antes de viajar?
Las consignas ideológicas del Gobierno ya están definidas y son irrenunciables: aunque la educación que funciona mal es la otorgada por el Estado, se quiere ampliar la cobertura pública, ahogando la particular, la única que funciona más o menos bien.
Por eso, se han empecinado únicamente en poner fin al lucro, a la selección y al financiamiento compartido. La calidad de la educación no importa absolutamente nada. Lo único que interesa es sacar a los privados y darle mayor protagonismo al Estado. ¿No hubiese sido más lógico viajar y conocer modelos exitosos antes de diseñar la reforma y de ingresarla al Congreso para su discusión? Luego del viaje, ¿el ministro se atreverá a replantearse —y replantearle al país— los pilares de una nueva y adecuada reforma?
Este viaje, con todos los costos asociados que implicó, sólo servirá para confirmar las consignas de educación gratuita y colegios iguales para todos. Que esto no sea excusa para que nos obliguen a aceptar una mala reforma.