#YaMeCansé
Eduardo Arriagada
@earriagada
Eduardo Arriagada
@earriagada
¿Serán las redes sociales las que conviertan la indignación mexicana en un movimiento con suficiente fuerza como para hacer estallar el cambio? Hasta ahora, la barbarie de vivir en un país donde el Estado es rehén se ha mantenido junto a la resignada impotencia de un pueblo que no reacciona. El dar por sentado que la autoridad no va a responder es un sentir generalizado ante silencios y explicaciones absurdas.
Los mexicanos saben que el Gobierno no es capaz de atender sus reclamos, porque las poderosas familias que controlan sus partidos hace mucho que están sometidas por los carteles. Ya pasaron por la inútil guerra del ex Presidente Calderón, que se llevó por delante 30 mil víctimas directas. Eso sólo sirvió para confirmar que no contaban con un Estado capaz de vencer a las mafias.
El hashtag #YaMeCansé se presenta ahora como una herramienta capaz de trasformar la indignación en movimiento. Sólo en octubre, cuando la noticia apenas había salido de México, la conversación social sobre los 6 asesinatos y 43 desapariciones de Iguala había llegado a hacer intervenir a más de 100 mil tuiteros, que ese mes publicaron sobre 300 mil tuits. #YaMeCansé hoy superará el millón de nuevos tuits. Comparémoslo con la actividad de esta semana en Chile contra el presidente de Colegio de Profesores. Con el hashtag #FueraGajardo no se alcanzaron ni los 500 tuits, pero fue suficiente ruido para amenazar el acuerdo que el Gobierno trató de conseguir con Gajardo. El PRI es consciente de lo que ocurre en las redes, pero confía en que el descontento no se extenderá fuera de ellas.
El periodista Salvador Camarena (@SalCamarena) afirma que el que los sucesos de Iguala hayan ocurrido hace más de 40 días no significa que el Gobierno no sepa qué hacer. Sí sabe. Por ahora el entorno de Enrique Peña Nieto está optando por dejar libres a las redes, convirtiéndolas en una pantalla en la que los mexicanos canalicen la indignación, y de paso evite que se escandalicen por TV, donde nada se muestra.
Los medios tradicionales no han dado el ancho. Los columnistas se indignan, pero no explican. La anestesia es generalizada. Sólo una luz al final del túnel comienza a vislumbrase en México, desde donde alcanzan a escucharse voces que dicen: “#YaMeCansé”.