Colaboración sin prejuicios
España y Chile están dando señales concretas de trabajo conjunto para pasar sobre las divisiones físicas e ideológicas, como dijo el ministro Fernández (de España). El desafío es ser capaces de enfrentar las nuevas modalidades de las organizaciones violentistas, materia en la que España tiene competencias reconocidas, como lo demuestra el combate al extremismo de la ETA.
La semana pasada, Rodrigo Peñailillo organizó la visita del ministro del Interior de España, Jorge Fernández Díaz, con el propósito de afianzar la colaboración para combatir los delitos internacionales vinculados con el terrorismo, el cibercrimen y el narcotráfico. Esta reunión tuvo resultados inmediatos: ha permitido conocer aspectos relevantes relacionados con la participación de una ciudadana chilena en una célula yihadista.
Esta chilena contribuía a captar adherentes a la causa del califato mediante redes sociales, trabajando activamente desde Barcelona, una de las ciudades más cosmopolitas del mundo y preferida también por varios grupos anarquistas. Los chilenos que fueron detenidos el año pasado vinculados a acciones terroristas vivían también ahí.
España y Chile están dando señales concretas de trabajo conjunto para pasar sobre las divisiones físicas e ideológicas, como dijo el ministro Fernández. El desafío es ser capaces de enfrentar las nuevas modalidades de las organizaciones violentistas, materia en la que España tiene competencias reconocidas, como lo demuestra el combate al extremismo de la ETA.
No es menor que Peñailillo y Fernández hayan dado esta muestra de integración, en un ámbito en que Chile tiene falencias y lamentablemente cae en errores que debe corregir. El que sean representantes de gobiernos de distinto signo ideológico no pasa inadvertido, pero ello también se dio con las colaboraciones del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero con el del ex Presidente Piñera, como lo reconociera el gobernante español durante su visita de Estado a Madrid. En aquella oportunidad incluso se destacó que Chile fue el único país que estuvo al lado de España al momento de acoger a las familias cubanas que liberó el régimen castrista en 2010, por intermediación del gobierno español.
Las posibilidades de colaboración son múltiples, como la formación de un sistema de inteligencia eficaz que, en el caso español, ha dado muestras de haber aprendido con la dureza de atentados como el de Atocha o los crímenes de la banda terrorista vasca, que tanto dolor han causado a la nación ibérica.
Ese ejemplo debe servirnos para hacernos ver que Chile está expuesto a los riesgos del terrorismo, que no desperdicia las oportunidades que se le presentan. En su erradicación resulta indispensable trabajar con el consenso de todos los sectores políticos y dar apoyo a las fuerzas policiales, sin prejuicios ideológicos.