Diego Matte
Señor Director: Se ha intentado desconocer el trabajo de Diego Matte, director del Museo Histórico Nacional, restando mérito a una gestión notable y extremadamente creativa. El actual director provisional de la Dibam ha señalado que cualquier director que hubiese asumido el cargo en ese momento habría hecho lo mismo, pues era lo que correspondía a […]
Señor Director:
Se ha intentado desconocer el trabajo de Diego Matte, director del Museo Histórico Nacional, restando mérito a una gestión notable y extremadamente creativa. El actual director provisional de la Dibam ha señalado que cualquier director que hubiese asumido el cargo en ese momento habría hecho lo mismo, pues era lo que correspondía a una planificación institucional.
Diego Matte llegó por concurso al cargo. No lo conocía y ya desde la primera entrevista me parecieron interesantes sus planteamientos, la profundidad y amplitud de su visión sobre la gestión del patrimonio. Mi encargo inicial hacia él fue sacar adelante el concurso de ampliación del museo, que no había logrado avanzar en la gestión de la suplencia durante el período de selección. De hecho, las bases para el llamado del concurso fueron íntegramente modificadas, en parte dada la buena experiencia que desarrollamos institucionalmente para el concurso del Palacio Pereira, que lo precedió, pero fundamentalmente por su pensamiento y trabajo.
La prensa ha dado cuenta de su fructífera labor: jornadas abiertas y plurales de reflexión para un nuevo guión, comisión de estudiosos para dar continuidad a ese proceso, una interesante gama de publicaciones, un programa de radio y una audaz y atractiva gestión de extensión, que contribuyeron a incrementar en al menos un 50% el público del museo y la apertura al público de la torre, por lo que la Presidenta Bachelet le entregó un premio en mayo.
Menos se sabe del trabajo silencioso y perseverante de incremento, orden y difusión de las colecciones, reestableciendo un profesionalismo que había sido abandonado. El desorden me consta, pues visité los depósitos. Sin duda, detrás de las extemporáneas quejas sobre su modo de obrar hay una defensa corporativa de algunos funcionarios no acostumbrados a un ritmo de trabajo de mayor exigencia.
Si parece lamentable que el Estado desperdicie y desconozca el talento, es incomprensible que para justificar lo injustificable se busque enlodar la honra de un profesional. Permítanme agradecer públicamente a Diego Matte por la comprometida y rigurosa labor que realizó en los tres años en los cuales permaneció en el cargo.
Magdalena Krebs K.
Ex directora Dibam