Estado socialista
Señor Director: Fuerte y claro. Siendo desde siempre y por convicción un nacionalista y regionalista de centroderecha, discrepo absolutamente de los planteamientos de Evelyn Matthei y de la oposición cuando afirman que la gestión que Bachelet está haciendo como Jefa Política del Gobierno es pésima. Bachelet está haciendo una excelente gestión para lograr el propósito […]
Señor Director:
Fuerte y claro. Siendo desde siempre y por convicción un nacionalista y regionalista de centroderecha, discrepo absolutamente de los planteamientos de Evelyn Matthei y de la oposición cuando afirman que la gestión que Bachelet está haciendo como Jefa Política del Gobierno es pésima.
Bachelet está haciendo una excelente gestión para lograr el propósito para el cual ella y el sector ex Unidad Popular perteneciente a la Nueva Mayoría pretendían llegar al gobierno, cual es el hacer de nuestra patria un Estado socialista neomarxista.
Estatizar la educación, eliminar la libertad de asociación sindical, someter desde las pymes hasta las grandes empresas a limitaciones y/o regulaciones respecto de los derechos de uso o propiedad e incluso el aumento del desempleo para que luego sea el Estado quien se convierta en el gran empleador son parte de las acciones tendientes a alcanzar el propósito, y no consecuencias “indeseadas”.
Hacer de un país un Estado socialista necesariamente conlleva que se produzcan “daños colaterales”, y Bachelet y el sector neomarxista de la Nueva Mayoría, tal como en su momento Allende y la UP, lo tienen claro.
El punto es hoy el marxismo gramsciano, bastante más pragmático que el leninista, que sin, en ningún caso, renunciar a su propósito final, está dispuesto ya no a “avanzar sin transar”, sino a hacerlo “en la medida de lo posible”. Un “en la medida de lo posible” que dado que no enfrenta oponentes ideológicos, sino a desperdigados defensores de (legítimos) intereses sectoriales.
Usando términos del fútbol americano, si bien no les permitirá lograr un touchdown, sí les permitiría avanzar varias decenas de yardas en posesión del balón.
Roberto A. Olivares Pizarro