P. Astaburuaga II
Señor Director: Haciéndome cargo de la interpelación de don Alejandro Munita sobre mis cartas al director y la contingencia socio-política, lo invito a reflexionar y considerar que como sacerdotes “tenemos derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción […]
Señor Director:
Haciéndome cargo de la interpelación de don Alejandro Munita sobre mis cartas al director y la contingencia socio-política, lo invito a reflexionar y considerar que como sacerdotes “tenemos derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano. Ya no se puede decir que la religión debe recluirse en el ámbito privado y que está sólo para preparar las almas para el cielo” (Papa Francisco. EG, N.182).
La conversión cristiana exige “revisar especialmente todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común” (Juan Pablo II, Exhort. Ecclesia in America, N. 27).
Es así que la Iglesia chilena y muchos sacerdotes no callaron ante la violación de los derechos humanos. “Ayer, hoy y siempre”, y a pesar de las contradicciones, habrá que seguir adelante.
P. Fco. Javier Astaburuaga O.