Propaganda boliviana
“La opinión pública, a través de medios masivos y redes sociales, adquiere un protagonismo que puede llegar a repercutir a la hora del veredicto”.
La política exterior de Chile se ha ganado un merecido prestigio por no perder de vista su condición de política de Estado. También por contar, como buena práctica, con el aporte permanente de quienes han tenido a su cargo el Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque procedan de distintos signos ideológicos. Este aspecto es más apreciado cuando se trata de problemas de nivel vecinal y conflictos limítrofes, donde se requiere una política que represente el consenso de todos los sectores nacionales.
Bolivia nos llevó a un juicio en la Corte de La Haya. Aunque Chile ha hecho valer su legítima posición de rechazar la competencia del alto tribunal de la ONU, el país altiplánico se ha dedicado a desarrollar una campaña comunicacional destinada a desacreditar a Chile y sensibilizar la opinión mundial. Esto es lo que ha advertido el ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ganándose una andanada de críticas por haber roto la práctica del trabajo bajo reserva que acostumbra nuestra diplomacia, y que en el pasado le ha permitido buenos resultados.
Pero los tiempos cambian. En el mundo globalizado de hoy, la opinión pública, a través de medios masivos y redes sociales, adquiere un protagonismo que puede llegar a repercutir a la hora del veredicto.
Lo ha dicho el ex Mandatario, al constatar una victimización de Bolivia. Este país va por el mundo contando su historia con la participación de personalidades como Carlos D. Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé, ex mandatarios que, sin ser partidarios de Evo Morales, e incluso habiendo sido perseguidos por él, se han sumado a su plan de aspiración marítima. Se han encargado de difundir que Chile le ha prometido a Bolivia una solución, que hasta ahora no ha cumplido.
Esa actitud es la que denuncia el ex Presidente Frei y pone el dedo en la llaga, advirtiendo que este juicio no es sólo jurídico, puesto que también tiene componentes políticos y comunicacionales que deben ser atendidos.