Reforma laboral
Señor director: No conozco el contenido de la reforma laboral que el Gobierno está proponiendo, como no sea por las informaciones de prensa, incluyendo en ellas la opinión de la ministra del Trabajo, en cuanto a que con ella se acabarán las huelgas. Sin embargo, me llama la atención el énfasis que ha puesto el […]
Señor director:
No conozco el contenido de la reforma laboral que el Gobierno está proponiendo, como no sea por las informaciones de prensa, incluyendo en ellas la opinión de la ministra del Trabajo, en cuanto a que con ella se acabarán las huelgas. Sin embargo, me llama la atención el énfasis que ha puesto el ministro de Hacienda en que su aplicación será gradual y me preocupa la complacencia o tranquilidad que esto parece haber generado en algunos dirigentes empresariales.
Me recuerda la historia de la rana que si se cocina en una olla de agua hirviendo salta y se arranca, pero que si se pone a cocinar en una olla de agua fría que se calienta gradualmente, se adormece y se entrega.
La aplicación gradual de una buena política posterga sus efectos favorables, y en el caso de una mala política, puede disfrazarla de no tan mala. ¿No será que la gradualidad tranquiliza porque las políticas se están evaluando con una visión de muy corto plazo?
Samuel Arancibia Lavín