Resultados PSU
“La PSU entregó un recordatorio de los temas que, por distintas razones, no estamos discutiendo”.
En momentos en que el país discute una reforma educacional que tendrá profundas consecuencias para el futuro, existe cierta propensión a interpretar los recientes resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) bajo el prisma de ese debate, buscando allí argumentos para respaldar o cuestionar el proyecto que estudia actualmente el Congreso. Esto es algo que se debe evitar, pues si bien la PSU contribuye a analizar variables relevantes de la educación chilena —extendidas en el tiempo y no de un año al siguiente, como toda serie estadística confiable—, no cabe esperar que dicha medición permita por sí sola hacer diagnósticos globales para los cuales no fue diseñada.
Los resultados conocidos el domingo validan esta prevención, pues más allá de variaciones puntuales y relativamente menores con respecto a la PSU 2013, no ofrecieron grandes novedades y más bien corroboraron un escenario familiar. Así, en términos generales, los alumnos que obtuvieron los mejores puntajes tienden a provenir de colegios particulares pagados (exceptuando al público Instituto Nacional, como es costumbre), con preponderancia de los varones sobre las mujeres; la cantidad de puntajes nacionales no cambia mucho, la mayoría se concentra en comunas de la Región Metropolitana con mejores ingresos, y sólo uno de ellos estudió en un liceo técnico.
A pesar del voluntarismo de algunos actores políticos tanto oficialistas como opositores, datos como éstos no entregan mayores luces para abordar temas medulares de la reforma educacional, como el estatuto jurídico de los sostenedores, las ventajas de la gratuidad, o la conveniencia de eliminar el copago y la selección, entre otros. Tampoco son especialmente útiles para atacar los problemas que más afectan a la calidad de la educación, y que se relacionan fundamentalmente con la idoneidad de los contenidos que se enseñan, las metodologías con que se enseñan y la formación profesional de quienes enseñan, ninguno de los cuales figura en forma prominente en el paquete legislativo que está en tramitación.
Por todo esto, más que argumentos a favor o en contra de la reforma educacional, la PSU entregó un recordatorio de los temas que, por distintas razones, no estamos discutiendo.