Segunda Mirada: Ofertón de palacio para matrimonio
Acaba de salir a la luz pública que el año pasado la alcaldesa Josefa Errázuriz utilizó el palacio Falabella, sede de la Municipalidad, para celebrar la fiesta de matrimonio de su sobrino, Diego Octavio Brugnoli Errázuriz, sin dar aviso a los funcionarios ni al Concejo, indicando sólo que se trataba de un “asunto privado”. La […]
Acaba de salir a la luz pública que el año pasado la alcaldesa Josefa Errázuriz utilizó el palacio Falabella, sede de la Municipalidad, para celebrar la fiesta de matrimonio de su sobrino, Diego Octavio Brugnoli Errázuriz, sin dar aviso a los funcionarios ni al Concejo, indicando sólo que se trataba de un “asunto privado”.
La alcaldesa declaró que usaron sólo su oficina y parte del tercer piso durante no más de dos horas para beber una copa de champaña. Fue una situación especial, porque ella era testigo del matrimonio, y por supuesto no se utilizó ningún recurso municipal. Según dejó claro la alcaldesa, las champañas “salieron de su bolsillo”.
Pidió disculpas por si pudiera verse como un abuso de poder, y aclaró que cualquier vecino puede pedir el palacio para sus eventos. Así es que si tiene pensado casarse o si no tiene dónde celebrar Año Nuevo, evalúe el palacio Falabella como una buena alternativa, a costo cero. Si le cobran, exija la boleta del sobrino de la alcaldesa. Eso sí, asegúrese de que la champaña del brindis salga de su bolsillo.