House of K
Por Eduardo Arriagada
“Tras la muerte del funcionario judicial que la investigaba y se aprontaba a acusar ante el parlamento esta misma semana, Fernández dedicaba más del 80% de su espacio en
Facebook a criticar al diario Clarín, el gran opositor con el que ella se enfrenta en una lógica de permanente conflicto”.
A las pocas horas de la muerte del fiscal Alberto Nisman, Cristina Fernández publicó una carta especulando en torno a lo sucedido: “¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”. El texto provocó una crítica muy dura del New York Times por sus conjeturas sobre un suicidio antes de establecerse una investigación y por su falta de empatía ante la familia del funcionario fallecido.
Tras la muerte del funcionario judicial que la investigaba y se aprontaba a acusar ante el parlamento esta misma semana, Fernández dedicaba más del 80% de su espacio en
Facebook a criticar al diario Clarín, el gran opositor con el que ella se enfrenta en una lógica de permanente conflicto.
A su manera, la presidenta argentina es una entusiasta usuaria de las redes sociales. Esta semana su primera reacción ante la muerte del fiscal fue desde su página de Facebook. Luego aprovechó su popular cuenta de Twitter, consiguiendo que de sus más de 3 millones de seguidores, 4 mil retuitearan un enlace a ese mensaje.
Un record de participación que sólo ha superado dos veces: con el saludo al recién electo Papa Francisco logró que su mensaje fuera retuiteado 7 mil veces. Y cuando hizo lo propio con su amigo Nicolás Maduro consiguió 6 mil retuiteos. Hay que advertir que parte importante de ese éxito se explica en una red de cuentas falsas creadas por sus asesores comunicacionales.
En su cuenta de Twitter se reconoce un fuerte apoyo comunicacional. Sus tuits van siempre con enlaces y fotografías de calidad, lo que no tiene mucho que ver con el uso personal y espontáneo que daba por ejemplo al espacio el ex Presidente Piñera. En el caso de Cristina todo está trabajado: su avatar es una fotografía de ella en la que se adivina a Néstor mirándola. En la foto secundaria se la ve arengando a miles de argentinos embanderados por Buenos Aires.
Ayer, en sólo minutos publicó más de 8 tuits en un intento por desmontar las acusaciones que el fiscal Nisman iba a poner sobre la mesa en el Parlamento. Ahora dice que cree que lo mataron, que quieren desestabilizar su gobierno. Mientras, crece el merecido malestar ciudadano que también usa las redes con el #YoSoyNisman.