Inclusividad en la CPC
“Habrá que ver si Salas promoverá la incorporación de nuevas entidades y, por ende, de nuevas ramas a la CPC”.
Pareciera encontrarse resuelta la sucesión de Andrés Santa Cruz al frente de la CPC. Esto, luego del público apoyo que cinco de las seis ramas que conforman la multigremial le otorgaron a Alberto Salas, timonel de la Sonami, quedando pendiente sólo la Asociación de Bancos.
Salas tendrá un enorme desafío al frente del empresariado por los próximos dos años. La nutrida agenda de reformas que impulsa el Gobierno en temas sensibles como los laborales y regulatorios, sumada a los diversos casos de connotación por los que atraviesa el sector conforman un escenario complejo y desafiante.
Es preciso dotar a la entidad de un equipo profesional más robusto y extendido, que pueda participar autónomamente en las discusiones de políticas públicas. Habrá que ver si Salas promoverá la incorporación de nuevas entidades y, por ende, de nuevas ramas a la CPC.
El tejido empresarial chileno ha cambiado mucho desde que se fundara la agrupación, a mediados de los años treinta, como un gremio de empresarios que buscaban una voz común que pudiera negociar con el Gobierno. Pero en esa época las actividades empresariales y comerciales chilenas diferían mucho de las de la economía actual. De esta manera, se incorporó a nuevos sectores económicos a la CPC, que fueron influyendo en las decisiones económicas del país, como la incorporación de la Cámara Chilena de la Construcción.
La última modificación fue el año 1979, cuando se oficializó el ingreso de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, incluyendo el sector exportador y el de las AFP, motores esenciales del modelo de desarrollo chileno durante los 90.
Si se fuera aún más inclusivo, por qué no pensar en el mundo de las pymes, que han adoptado nuevas formas de organizarse, más estructuradas y extendidas que en el pasado. No por nada, las pymes dan empleo al 38% de los trabajadores.