Instituto Nacional
Señor Director: Como ex alumno del Instituto Nacional, no puedo quedar indiferente frente a la ola destructiva en torno a mi colegio. Guste o no, el Nacional ha sido por años uno de los pocos colegios, sino el único, donde un rico y un pobre son juzgados y mirados de igual a igual, por el […]
Señor Director:
Como ex alumno del Instituto Nacional, no puedo quedar indiferente frente a la ola destructiva en torno a mi colegio. Guste o no, el Nacional ha sido por años uno de los pocos colegios, sino el único, donde un rico y un pobre son juzgados y mirados de igual a igual, por el conocimiento, la responsabilidad y el compromiso de contribuir al país. Esa es la más clara muestra de inclusión y equidad. Esa idea de “optimalidad paretiana”, de querer sacar las ruedas a los patines de quienes andan más rápido que
otros, cae en la cultura de la mediocridad. Una caída en la calidad del Instituto Nacional es un autogol a la excelencia y al bienestar de la sociedad. A menos, claro, que lo que se busque es seguir siendo gobernados por la cota mil.
Camilo Burich
Ex Alumno Instituto Nacional