Los peligros de Evo
“La economía boliviana se sustenta principalmente en la exportación de hidrocarburos a Argentina y Brasil, cuyas ventas aportan el 36% del PIB”.
Hoy, Evo Morales asume su tercer mandato como Presidente de Bolivia. Comienza este nuevo período con el país en una situación económica mucho más favorable que en sus administraciones anteriores, con un reconocimiento del Fondo Monetario Internacional como uno de los países que más están creciendo, con una taza de 25% de bolivianos que han salido de la pobreza y un PIB que se ha triplicado desde que asumió su primer mandato, con un crecimiento objetivo del país del 4% y una amplia mayoría de aprobación ciudadana. De hecho, ganó estas elecciones con un porcentaje mayor que las anteriores (61%), obteniendo mayoría incluso en el sector de “la medialuna”, representado históricamente por la derecha. Además, asume sin una oposición firme y con un país unido en una causa común, que es su demanda por mar contra Chile. Sin embargo, la gloria con la que asume podrá verse prontamente nublada.
Las gestiones económicas que han proporcionado el crecimiento de Bolivia podrían obstaculizarse de continuar bajando el precio del petróleo. Su economía se sustenta principalmente en la exportación de hidrocarburos, cuyo precio depende directamente del valor del crudo. Sus principales compradores son Argentina y Brasil, cuyas ventas aportan el 36% de su PIB. Con esas naciones mantiene un tratado que finaliza en 2019. Será misión de Morales renovarlo y velar porque se mantengan las condiciones del convenio anterior, considerando la baja del precio, la situación argentina y la desaceleración de Brasil.
Este año, la Corte Internacional de La Haya decidirá si acoge la apelación chilena. Si el fallo resulta favorable para Chile, sería, por supuesto, un duro golpe para Morales, puesto que fue el pilar fundamental de su campaña y gran parte de los nuevos adeptos de Evo respecto de elecciones anteriores adscribieron por esa causa.
Si el fallo resulta favorable para Bolivia, será un triunfo histórico para Morales, pero la casi nula oposición que hoy mantiene podría robustecerse. Fue una buena estrategia política del gobierno nombrar a dos de los líderes más importantes de la oposición como voceros ante la demanda contra Chile en La Haya, para mantener dispersa a la oposición hasta pasadas las elecciones. Pero una vez fallada la demanda a fin de año, éstos líderes tendrán un amplio respaldo ciudadano y político.