P. Astaburuaga
Señor Director: El respeto y los derechos corresponden a las personas, no a las ideas. Las personas tienen el derecho a suscribir y expresar cualquier idea, las que, recíprocamente, siempre pueden ser objetadas por cualquiera, siendo su reducción al absurdo una posibilidad totalmente legítima. El confundir la transgresión de los derechos de las personas con […]
Señor Director:
El respeto y los derechos corresponden a las personas, no a las ideas. Las personas tienen el derecho a suscribir y expresar cualquier idea, las que, recíprocamente, siempre pueden ser objetadas por cualquiera, siendo su reducción al absurdo una posibilidad totalmente legítima.
El confundir la transgresión de los derechos de las personas con la crítica a las ideas es un clásico (y conveniente) error de categoría, con el que tropezó el P. Fco. Javier Astaburuaga O. en su carta del 20 de enero.
Concordando en que “el respeto por la dignidad de la persona humana (…) constituye el fundamento de un estado democrático”, el contexto de rechazo por el Papa Francisco a los atentados terroristas, que afectaron los derechos de personas, no justifica el limitar la libertad de expresión de ideas críticas eventualmente satíricas.
También concordamos en que “la dictadura del relativismo en el respeto de los derechos fundamentales daña la convivencia”, y recordará que la libertad de expresión es, justamente, uno de ellos.
Luis León Cárdenas Graide