Pro Movilidad: desafío y decisión
Por Víctor Barrueto, Director ejecutivo de ACTUS
“Es imprescindible la creación de una Autoridad Metropolitana del Transporte”.
El informe de la Comisión de Pro Movilidad Urbana entregado esta semana a la Presidenta de la República Michelle Bachelet, coordinado por el ex ministro Germán Correa, marca un antes y un después en los temas del transporte público. Por un lado, presenta una nueva forma de concebir la manera en que se movilizan los ciudadanos y, por otro, otorga de una vez por todas la prioridad que merece el transporte público. Si bien es una hoja de ruta clara hacia dónde ir, ¿seremos capaces de enfrentar el desafío que esto supone?
Según el mismo informe, la congestión es un serio problema que nos afecta a todos. Casi tanto como una enfermedad que deteriora nuestra calidad de vida. Todo esto ha sido resultado de la deficiente planificación y el constante crecimiento de la población urbana, que concentra el 87% de las personas en las ciudades, y que además siguen creciendo en territorio.
El mayor poder adquisitivo de las personas ha influido en una creciente tasa de motorización, lo que no es malo, pero que afecta a la movilidad en general. Y para ponerle la guinda a la torta, desde siempre se ha privilegiado el transporte particular por sobre el público. Basta ver la millonaria inversión en autopistas urbanas que se ha hecho para beneficiar a los automovilistas y no se ha considerado a los millones de personas que se mueven en transporte público.
Uno de los principales y más urgentes desafíos apunta a dar el paso final en este proceso de potenciar, mejorar y privilegiar el transporte público por sobre otros modos.
Los resultados del informe son una guía en cómo seguir adelante para democratizar las calles y entender que el espacio público vial es de todos, y no sólo de los autos particulares que ocupan las calles circulando y estacionándose.
Por eso se ve de forma positiva las fórmulas que se han planteado para desincentivar y racionalizar el uso del vehículo particular, pero son medidas que deben ir de la mano con potenciar el transporte público, para hacer más atractiva la oferta para las personas.
En Santiago, es urgente dar prioridad al transporte público con más corredores segregados para buses, en deuda hace ocho años. Mientras tanto es necesario contar con más vías exclusivas o pistas sólo para buses —que además son el método más rápido y barato para sacar adelante este problema—, para ir disminuyendo los tiempos de viaje y así mejorar la oferta para los usuarios de los servicios de buses.
El trabajo más complejo vendrá ahora: hay que demostrar la voluntad política para poner en práctica las medidas aquí propuestas y que han sido fruto del consenso con los chilenos. Es imprescindible la creación de una Autoridad Metropolitana del Transporte para concentrar en esa figura la decisión y coordinación de este tema.