Meritocracia
Señor Director: El Caso Dávalos-Luksic nos permite reflexionar sobre el porqué se generó tal conmoción por este escándalo político. La respuesta es simple, la gente cree en la meritocracia, y es por ello, que al ver a una persona como Sebastián Dávalos enriquecerse, valga el reduccionismo, por ser hijo de la Presidenta de la República […]
Señor Director:
El Caso Dávalos-Luksic nos permite reflexionar sobre el porqué se generó tal conmoción por este escándalo político. La respuesta es simple, la gente cree en la meritocracia, y es por ello, que al ver a una persona como Sebastián Dávalos enriquecerse, valga el reduccionismo, por ser hijo de la Presidenta de la República genera, irremediablemente, rechazo hacia su persona y lo que representa. A los chilenos les molestó que una persona, sin mérito propio, haya amasado la fortuna que hizo con Natalia Compagnon a los chilenos les molestó que el mensaje de Igualdad traído por este Gobierno terminara en la oficina de un alto directivo del Banco de Chile.
Ahora al ver que Chile cree en la meritocracia, podemos contraponer esto con las reformas que se están instaurando en nuestro país, reformas que colocan el futuro de miles de chilenos en una tómbola, dejando sus sueños en manos del azar. Chile no quiere eso, y el caso Dávalos es prueba de ello. Chile desea reformas que tengan como eje central la meritocracia, es decir el esfuerzo personal, y no las lógicas que trajo este Gobierno, dejando todo en manos del parentesco y el azar.
Jorge Sáez Donoso