Una práctica inconsecuente
“El Gobierno tuvo que ceder, prometiendo que, en una nueva instancia, las normas se deberán corregir y perfeccionar”.
La prisa para aprobar las iniciativas más simbólicas del programa de la Nueva Mayoría, antes de concluir el período legislativo, terminó pasándole la cuenta al Gobierno: tuvo que ceder, prometiendo que, en una nueva instancia, las normas se deberán corregir y perfeccionar.
Es el caso de la selección en los liceos emblemáticos, que ha concentrado fuertes críticas de partidarios, municipios y sostenedores, que han tenido que conformarse con el compromiso de que se trabajará sobre ellos para corregir este vacío. Para algunos, es la demostración de que hay incomprensión sobre qué son realmente los liceos de excelencia, ignorándose su aporte de décadas a la educación pública. Para otros, la demostración de haber legislado con incertidumbre jurídica y una limitante más a la libertad de enseñanza, además de provocar vacíos que serán difíciles de enmendar.
La Iglesia, a su vez, ha acusado a los parlamentarios de una premura legislativa injustificada, que no les ha permitido dejar espacio a la reflexión y el debate sobre la calidad de la educación.
La misma medida fue aplicada en el caso de la reforma al sistema electoral que pone fin al binominal, con las exigencias para conformar partidos. También ocurrió con la nueva Ley del Lobby y con la aprobación de un beneficio para los empleados públicos de la región de Atacama. Ésta última tuvo mucha repercusión en regiones, pues se aprobó un bono trimestral para una sola región, sin tomar en cuenta una evaluación que pudiera contemplar a otros sectores del país, evidenciando la inequidad y premura con que ha actuado el Poder Legislativo.
Los parlamentarios saben que no gozan de un buen prestigio, como lo reflejan todos los estudios de opinión pública del último tiempo. Con episodios de esta índole, es difícil que puedan recuperarlo.
Está en sus manos y también del Ejecutivo evitar la repetición de votaciones apresuradas, que se enroscan en trámites y dañan la confianza de la ciudadanía en el Poder Legislativo.