Ezzati y la libertad de cátedra
“De los académicos firmantes de la carta en contra de Ezzati, sólo dos son de Teología”.
Las críticas al cardenal Ezzati han surgido de todas las áreas, luego de que despidiera al sacerdote jesuita Jorge Costadoat de la cátedra que impartía en la Facultad de Teología de Universidad Católica. Según el cardenal y arzobispo de Santiago, la trayectoria académica de Costadoat “registra afirmaciones poco prudentes que desdibujan la enseñanza magisterial de la Iglesia”.
La figura de Ezzati se ha visto debilitada frente a ciertos sectores de la opinión pública, a partir de otras polémicas decisiones que ha tomado en el último tiempo. Primero fue la acusación ante el Vaticano de los sacerdotes José Aldunate, Mariano Puga y Felipe Berríos por sus declaraciones acerca de la contingencia nacional, según él en contra de la institución, y luego la ratificación del nombramiento del obispo Juan Barros en Osorno.
Respecto del despido de Costadoat, y a la luz de las recientes polémicas del cardenal, 60 académicos, de distintas facultades de la Pontificia, firmaron una carta pública manifestando su desacuerdo con la determinación. De los firmantes, sólo dos pertenecen a la facultad de Teología, por lo que la carta se acerca más a un manifiesto con voluntad política que a una defensa de la educación de los alumnos y la universidad. De hecho, el rector Sánchez no se ha manifestado aún al respecto.
Un amplio rango de garantías estatales resguardan la autonomía de los docentes. Sin embargo, ¿qué facultades tiene el cardenal para despedir a un profesor? Todas. De hecho, el mismo Ezzati se defendió diciendo que no sólo es parte de su derecho, sino también de su deber para que, sobre todo desde la Facultad de Teología, “se enseñe la auténtica doctrina de la Iglesia”. No podemos obviar el hecho de que la Universidad Católica pertenece a la Iglesia.
La libertad de enseñanza se formuló en Chile bajo el gobierno de Federico Errázuriz Zañartu, con el fin de establecer una alternativa a la hegemonía del Estado en términos de educación. La libertad de cátedra es un derecho fundamental, pero cosa muy distinta es la libertad de que exista o no una cátedra. Nadie se extrañaría si el cardenal, el rector o cualquier otra autoridad se pronunciase porque en una universidad católica despidieran a un docente que promoviera la libertad de elección de la mujer frente al embarazo.
Una casa de estudios puede gozar de plena libertad de cátedra, dentro de los márgenes de su línea educativa. Por ejemplo, el Estado de Chile jamás permitiría que en una universidad pública se esgrimieran cátedras que versen en contra del respeto y las buenas costumbres, así como el cardenal está hoy velando porque en su universidad no se vulnere la moral católica ni la interpretación del evangelio de la Iglesia.