Mujer
Señor Director: Esta semana se celebró el Día de la Mujer, conmemoración que busca lograr la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida, que sigue apelando a esa paridad que todavía es esquiva. Desde mi área, la ciencia, puedo dar fe de que la situación de las mujeres investigadoras es el fiel […]
Señor Director:
Esta semana se celebró el Día de la Mujer, conmemoración que busca lograr la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida, que sigue apelando a esa paridad que todavía es esquiva. Desde mi área, la ciencia, puedo dar fe de que la situación de las mujeres investigadoras es el fiel reflejo de lo que sucede en el planeta con nuestro género: poca participación, no se incentiva su estudio y los reconocimientos a nuestro trabajo son escasos.
De hecho, un informe realizado el año pasado por el Boston Consulting Group, sobre el lugar de las mujeres en el sector científico, muestra que todavía existe una baja representación de ellas en la comunidad científica internacional.
El estudio señala que hay menos de una investigadora sobre tres científicos en el mundo. Un ejemplo claro de esta disparidad son los premios Nobel científicos, en toda su historia menos del 3% fueron atribuidos a científicas o investigadoras.
En otros ámbitos la situación de la mujer es similar. Hace unas semanas líderes de todo el mundo se reunieron en Chile para hablar sobre la mujer en el poder y la toma de decisiones. En el encuentro las autoridades concluyeron que ningún país ha alcanzado la igualdad de género y que se necesitarán 81 años para lograr la paridad en el lugar de trabajo; más de 75 años para alcanzar igual remuneración entre hombres y mujeres por el mismo trabajo realizado; y más de 30 años para lograr el equilibrio entre los géneros en los puestos de toma de decisión. Proyecciones que desalientan y que urgen de potentes acciones para cambiar el rumbo.
La ciencia, al igual que la economía, la política, el deporte, la entretención, etcétera, necesita de mujeres que trabajen a la par con los hombres para transformar los paradigmas actuales. Ganaríamos mucho si comprendiéramos que todos tenemos las mismas capacidades y que no existen límites para ningún ser humano. Hay que romper los estereotipos, dejar que las niñas exploren cuando son pequeñas, regalarles muñecas es bueno, pero igual de bueno es una lupa o un microscopio.
Este tipo de acciones permitirá que las mujeres lleguen sin temor a las áreas de influencia en el mundo. De esta forma la sociedad se podrá convertir en una comunidad más justa y realmente desarrollada.
Nelly Schindler
Química Farmacéutica del Botiquín Herbario