Perfeccionar protocolos
“La toma de decisiones se produce en la capital y requiere, primero, el procesamiento de la información que proviene de las localidades en riesgo”.
El último reporte de la Onemi, con fecha 29 de marzo, da cuenta de un total de 14 personas fallecidas, 20 desaparecidos y 10.966 damnificados, como consecuencia de la situación de catástrofe que afecta a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, tras las intensas precipitaciones y posteriores aluviones. La situación ha vuelto a poner en cuestión a la entidad encargada de prevenir y enfrentar este tipo de desastres naturales, en un contexto en el cual los incendios forestales también están causando problemas a la población y destruyendo patrimonio natural nacional.
Se señalan problemas de comunicación entre la Dirección Meteorológica Nacional, que habría alertado de lluvias intensas en un boletín emitido el día anterior a los aluviones, y la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior, a pesar de la existencia de protocolos a efectos de establecer una correcta coordinación y traspaso de información entre estos organismos. La Onemi habría demorado una respuesta adecuada y oportuna, dada la alerta meteorológica, demostrando la ineficiencia del Centro Nacional de Alerta Temprana.
La escasa descentralización del organismo parece también haber tenido repercusiones negativas sobre la respuesta ante la crisis. La toma de decisiones se produce en la capital y requiere, primero, el procesamiento de la información que proviene de las localidades en riesgo.
El antecedente del aluvión de Antofagasta del 18 de junio de 1991, por sí mismo, provee información relevante para establecer protocolos de acción ante estos eventos establecidos de antemano. La educación de la población, a través de inversión en políticas públicas de prevención, también es clave.
Las deficiencias de la respuesta estatal ante un escenario de crisis ya se habían puesto de manifiesto con ocasión del terremoto y posterior maremoto de febrero de 2010. Conforme a ello, un proyecto de modernización de la Onemi fue sometido a votación en la Cámara de Diputados, y aprobado en 2013, pero desde entonces no hubo mayor progreso en el Parlamento.
En Chile, un país propenso, por su geografía, a catástrofes naturales de diversa índole, es necesario potenciar las políticas públicas destinadas a perfeccionar los organismos y protocolos frente a estados de emergencia que tienen altísimos costos en términos de vidas humanas y pérdidas materiales.