Y dice así
Harta mala suerte la de Sebastián. Mire que haber salido a distraerse un rato y recordar que aún es joven —increíblemente tiene 36 años— y lo pilla un celular cualquiera. Aro, jockey de Lollapalooza, polera negra, cadena colgando del cinturón —¿ya le pagaron los 2 mil millones?— y anteojos oscuros. Podría pensarse que lo cacharon […]
Harta mala suerte la de Sebastián. Mire que haber salido a distraerse un rato y recordar que aún es joven —increíblemente tiene 36 años— y lo pilla un celular cualquiera. Aro, jockey de Lollapalooza, polera negra, cadena colgando del cinturón —¿ya le pagaron los 2 mil millones?— y anteojos oscuros. Podría pensarse que lo cacharon por su porte. No sé. Porque bien podría haber sido guardaespaldas del equipo de Molotov.
Harta mala pata, pues habiendo dejado por un rato a la sagaz Natalia al cuidado de sus hijos —y parece que sin ayuda, porque dicen que las relaciones suegra-nuera no pasan por buen momento— y, queriendo pasar piola, las redes sociales lo revientan.
Harta mala suerte la suya. Estar paradito, muy VIP atento al recital, para que los Molotov canten sus hits con una recordación sólo comparable con Caval: “Chinga tu madre”, “Gimme the Power”, “Frijolero”, “Amateur” y otra cuyo título no es adecuado para una señorita de buena presencia como ésta.
T. Clark