Ya no basta con tuitear
Por Eduardo Arriagada
Por Eduardo Arriagada
Ultimamente nos las traemos a vueltas con las comunicaciones. Negociaciones de encargados de prensa con medios y renuncias. Se vive tan “juntos y revueltos” que periodistas, empresarios y políticos se confunden.
Sin embargo en tiempo de redes sociales, la opinión pública ha tomado la verdadera fuerza. En esta marea hay poco que hacer cuando esta se desata. Ernesto Silva, pese a la presión por sus vínculos con el caso Penta, insistía en que podía seguir liderando la UDI. Agrosuper pensó que amenazando con cerrar Freirina superaría su crisis ambiental. La Presidenta Bachelet todavía no habla con claridad sobre lo que pasa en su familia.
Y es que no todos entienden que en las redes solo vale reaccionar a tiempo, argumentar con los afectados de las crisis en voz alta, tratando de que el problema no siga creciendo. Es necesario que la cuenta de Twitter antes haya conseguido activar en su entorno una comunidad de simpatizantes. Todo esto pasa por asumir que en este nuevo espacio no basta informar, sino que hay que conversar y convencer.
Cuesta creer la cantidad de asesores que siguen insistiendo en ignorar este espacio. Un dato: los que saben de opinión pública, por ejemplo Roberto Méndez, Marta Lagos y alguno más entienden el valor del espacio, no tanto en lo predictivo como en lo reactivo.
Mientras, los que llevan las comunicaciones no atinan y la política topa fondo. La última encuesta de Cooperativa muestra un 77% de chilenos con una impresión mala o muy mala de los políticos, solo un 3,8% dijo que su percepción era buena o muy buena.
Ahora La Presidenta ya es percibida como parte de los políticos cuestionados. “Córrete” le dijo su hijo a una periodista de CNN que insistía en preguntar presionada por una agenda que asume las redes. Porque aquí se insiste en que todavía hay 2 mil millones de pesos obtenidos de forma indebida. Una utilidad producto de una especulación con capitales ajenos de los que dispuso por ser hijo. El dueño del Banco que facilitó el crédito explicó que lo hizo como un acto de deferencia a su madre. El mismo empresario que lidera la mina Los Pelambres, de la que depende el 20% del producto de la Cuarta Región del país. Y que con un curioso manejo de las comunicaciones tiene su inversión en vilo.