EE.UU. e Irán
“Con el tiempo, Irán se ha ido moderando en sus condenas al ‘gran Satán’ y, aunque subsiste el encono político, se dieron casos de colaboración discreta”.
Sabemos que las relaciones entre Estados Unidos e Irán han estado muy deterioradas desde que el Sha Pahlevi fue derrocado y se proclamara en 1979 la República Islámica de Irán, con el ayatollah Jomeini como el entonces supremo líder.
Con el tiempo, Irán se ha ido moderando en sus condenas al “gran Satán” y, aunque subsiste el encono político, se dieron casos de colaboración discreta. Así ocurrió en Afganistán, donde a ninguno de los dos les convenía la presencia soviética, primero, ni el régimen de los talibanes después. Éstos por ser extremistas sunitas.
Hace unos años se descubrió que Irán estaba en trabajos para el desarrollo nuclear que calificaron como pacífico. EE.UU., Israel y otros pensaron que era con el fin de tener armas nucleares. La OIEA intentó saber qué hacía Irán, pero no tuvo receptividad, luego de lo cual este organismo y Naciones Unidas impusieron sanciones que han dañado seriamente la economía iraní, porque no puede vender su petróleo y sus fondos externos quedaron congelados. Tras muchos avances y retrocesos, se ha anunciado un principio de acuerdo. Lo hizo Obama mismo y precisó luego el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní. Un acuerdo debe ser redactado y terminado a fines de junio.
La aparición del Califato y el Estado Islámico en Irán y Siria ha servido para este acercamiento. El extremismo sunita es enemigo de ambos y en la contraofensiva del débil Ejército iraquí participan fuerzas y medios de Irán. A cambio, se levantarían las sanciones y se descongelarían los dineros aunque, todavía, subsiste mucha desconfianza en Estados Unidos y, sobre todo, en Israel.
Algunos piensan que el régimen iraní ya no quiere guerra y quisiera recomponer relaciones con EE.UU. Siendo el país más grande y poderoso de la zona, podría recuperar el papel que tuvo antes, de ser el que mantenía el orden en la zona. Nace una esperanza de paz.