Prioridades en transporte urbano
“A pesar de que la proyección es que el uso del automóvil se duplicará al 2025, parece ser que el bienestar de los ciclistas es prioridad en Providencia”.
A partir de la buena acogida que tuvo la reciente puesta en marcha de la ciclovía de Ricardo Lyon, se está contabilizando la cantidad de ciclistas que circulan por Eliodoro Yáñez. El proyecto de Lyon contempló en un tramo el uso de una vía en donde se habían habilitado estacionamientos con parquímetro. La construcción de una ciclovía en Eliodoro Yáñez, en cambio, comprometería una de sus pistas.
El principal argumento de la alcaldesa Josefa Errázuriz es que los ciclistas han aumentado y las calles y veredas se llenan de ciclistas. Si bien una ciclovía parece una solución lógica, el hecho de quitar una pista a una arteria que concentra el principal flujo vehicular de la comuna dice lo contrario. Parece ser que el bienestar de los ciclistas es prioridad en Providencia, a pesar de que, a partir de las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, la proyección es que el uso del automóvil se duplicará al 2025.
Un ánimo similar se vive en la comuna de Santiago, con el proyecto de Corredor de la Alameda, que contempla la construcción de una ciclovía en la principal arteria de la ciudad, base medular del transporte público que conecta con la línea 1 del metro. Al respecto, en entrevista la semana pasada, Claudio Orrego, intendente de la Región Metropolitana, declaró que se iba a priorizar a bicicletas, transporte público y automóviles, en ese orden.
Es una declaración que promete facilitar la movilidad de los ciclistas, un segmento pequeño de la población que corresponde a gente joven y sana que vive cerca de su trabajo. Pero que versa en contra de la solución de los problemas de quienes más lo requieren, que son los usuarios de Transantiago. Aquellos cuyos ingresos no les permiten la adquisición y mantención de un vehículo particular, discapacitados o adultos mayores, que no se verán beneficiados con las ciclovías, y aquellos que viven en comunas más alejadas, como Puente Alto, San Bernardo o Maipú, para quienes el uso de bicicleta no es una solución real. Esto, teniendo en cuenta, que el 70% de los viajes que se hacen en la capital son de una extensión promedio de 14 kilómetros.
Considerando que el Gobierno acaba de pedir un nuevo subsidio para el Transantiago por US$ 1.350 millones para el período 2015-2022, no parece sensato darle prioridad numero uno a la construcción de ciclovías. Sin embargo, si el ánimo de solucionar los problemas de transporte en la ciudad ya ha instalado esta alternativa, que éstas se construyan donde no entorpezcan el tránsito vehicular ni la planificación a futuro del transporte público.