Segunda mirada: Día del trabajador satisfecho
“Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la familia”. Esa era la máxima de los obreros de Chicago que protestaron el 1 de mayo de 1886. Seis de ellos murieron y el relato fue recogido por el periodista Adolf Fischer en un diario de Chicago: “Trabajadores: la guerra de clases […]
“Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la familia”. Esa era la máxima de los obreros de Chicago que protestaron el 1 de mayo de 1886. Seis de ellos murieron y el relato fue recogido por el periodista Adolf Fischer en un diario de Chicago: “Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!” y llamó a las armas. Fue condenado a la horca.
En Chile, país de empresarios y asesores, no están los tiempos para trabajar ocho horas. En la última reforma al Código del Trabajo se logró una rebaja de la jornada laboral de 48 a 45 horas semanales, que se traducen en 9 horas diarias de lunes a viernes.
Ostentamos el tercer lugar de la jornada laboral más larga entre nuestros hermanos OCDE. Pero la mayoría de los trabajadores de nuestro país estará feliz con que este 1 de mayo haya caído viernes. Los mártires de Chicago murieron por darte un fin de semana largo.
E. Risopatrón