Segunda mirada: Ritos paganos
Pascua viene del hebreo pésaj, que significa “paso”. Para el cristianismo, esta fecha representa el paso de Jesús a la inmortalidad, luego de su resurrección. Etimológicamente, nada tiene que ver con su símil en inglés (easter), ni en alemán (Ostern). Éstas vienen de la diosa mesopotámica de la fertilidad, Ishtar, venerada en esta fecha. El […]
Pascua viene del hebreo pésaj, que significa “paso”. Para el cristianismo, esta fecha representa el paso de Jesús a la inmortalidad, luego de su resurrección.
Etimológicamente, nada tiene que ver con su símil en inglés (easter), ni en alemán (Ostern). Éstas vienen de la diosa mesopotámica de la fertilidad, Ishtar, venerada en esta fecha. El equinoccio de primavera en el hemisferio norte traía el comienzo del buen tiempo, y era representado en la antigüedad con la cruz de las cuatro estaciones. La fertilidad era simbolizada por conejos y huevos, que pintados con los colores de las flores decoraron por siglos festivales de primavera. Primero, para pedir un buen año de cosechas a Ishtar, luego a su sucesora griega Astrea y a la latina Astarte.
Por un alcance de fechas, y para promover la hegemonía del cristianismo, se conciliaron ambas tradiciones en una sola. De hecho, hasta el siglo V no hubo representaciones de Cristo crucificado. Gracias a eso hoy celebramos la Resurrección de Cristo con un conejo que pone huevos de chocolate y los esconde.
E. Risopatrón