Momias Chinchorro
“Las regiones del norte han llevado adelante esta iniciativa, que encuentra una importante receptividad en la comunidad arqueológica internacional”.
Lograr que la Unesco reconozca como Patrimonio de la Humanidad a las momias Chinchorro, las más antiguas del mundo descubiertas hasta ahora, es la tarea que se han impuesto organismos públicos, universitarios y municipales, como una forma de lograr un postergado reconocimiento a esta cultura ancestral que sigue siendo desconocida para la mayoría de los chilenos.
En el esfuerzo se han unido el Sernatur, Bienes Nacionales, la Universidad de Tarapacá y los municipios de Arica y Camarones, que esperan reunir 30 mil firmas para ser entregadas a la Unesco. Serán recogidas en 26 universidades, agencias de buses y en las oficinas de Sernatur del país, durante los meses de mayo y junio.
Han sido las entidades de las regiones del norte las que han bregado por llevar adelante esta iniciativa que encuentra una importante receptividad en la comunidad arqueológica mundial, como quedó demostrado el año pasado con la exhibición en Casa América, de Madrid, y en el ciclo de conferencias que se ofrecieron en importantes universidades españolas, despertando un genuino interés de los principales medios de comunicación españoles. La iniciativa, denominada “Arica y Parinacota: Paraíso Milenario”, permitió mostrar las opciones y atractivos que ofrece nuestro norte y que tienen en el turismo cultural y patrimonial grandes expectativas de desarrollo.
Con admiración, la comunidad científica arqueológica congregada en la Complutense escuchó al joven licenciado en Arqueología Félix Olivares, de la Universidad de Tarapacá, exponer sobre investigaciones de las formas de vida en la cultura Chinchorro. Su conferencia incluso tuvo espacio para los chistes y comentarios entre los científicos españoles, cuando abordó el tema de la pediculosis en las cabelleras naturales de las momias. Así, liberó de culpa a los españoles, diciéndoles que no habían sido los causantes de la presencia de piojos y liendres en esta parte de América, puesto que ya estaban instalados varios miles de años antes del descubrimiento de América, como lo registra en su artículo “Peines para el control de la pediculosis en la prehistoria de Arica, Chile”.
Pero los miles de momias que se han mantenido en buen estado de conservación requieren que haya un trabajo que cuente con el apoyo de todos y, en un momento que miramos al norte, con la atención del juicio en La Haya, sería una gran oportunidad para que la meta de lograr el reconocimiento mundial cuente con una adhesión entusiasta, para esta iniciativa que merece ser respaldada.