Visita del Papa a Bolivia
“Esperemos que no caiga en la ‘argentinada’, que suele ser tentadora”.
Se acerca la visita del Papa Francisco a Bolivia e inevitablemente surgen las preocupaciones sobre cómo superará las tretas bolivianas para que no se preste, con sus dichos y actitudes, a la causa marítima que el gobierno de Evo elaborará, si cabe, con habilidad digna de mejor causa.
Se sabe que al Santo Padre el carácter trasandino le aflora con facilidad y nos ha dado algunos ejemplos como le ocurrió al término del viaje a Filipinas, declarando en tono crítico sobre su condición prolífica en un país de reconocida religiosidad. Hace unas semanas se ha involucrado en el histórico genocidio de los armenios y Turquía se ha resentido con las alusiones y, ahora, se ha metido con el Estado palestino, probablemente, ganándose la aversión judía que se lo va a representar.
Por lo menos Raúl Castro ha salido reconvertido, luego de su audiencia en el Vaticano y no se descarta que sea un ferviente peregrino durante la visita a Cuba. Seguramente el líder cubano habrá recordado alguna conversación con la desaparecida Gladys Marín, seguidora respetuosa de la “morenita” de Andacollo.
Es de esperar que las intensas gestiones que está realizando nuestra embajadora en el Vaticano den sus frutos para atenuar el ímpetu papal durante su estada en Bolivia, pero no estaría de más que el Gobierno se apoye en la Iglesia chilena y haga ver que nuestra preocupación tiene su fundamento, ante la arremetida boliviana que sigue moviéndose con habilidad en el plano internacional.
Por lo menos el Gobierno enmendó con prontitud el error de haber hecho renunciar al canciller Heraldo Muñoz, estando en el cumplimiento de las más importantes funciones en la representación de Chile ante La Haya. Ello no debió haber ocurrido, porque siempre se nos ha considerado serios y cautos en el manejo de nuestra política exterior, pero las horas que estuvo renunciado no le hicieron bien a Chile.
Se sabe perfectamente, que tal como Evo lo ha confesado en público, Bolivia tiene planificada una estratagema sin fin para mover en el plano internacional su causa y, por si alguien lo hubiese dudado, ahora también lo ha refrendado el vicepresidente García Linera, quien ha hecho mofa con Chile respecto de la superioridad de su estrategia frente a la nuestra. Algo de ello parecieron suscribir las informaciones publicadas por medios extranjeros como The Economist, que cayeron en la seducción de las presentaciones bolivianas en La Haya.
Por nuestra parte, hemos sido contundentes y ellos han tenido que mostrar su argumentación de fondo, acerca de la cual Chile ya ha tomado nota por si, llegado el caso, la confrontación se alarga. Mientras tanto, esperemos que el Papa Francisco no caiga en la “argentinada”, que suele ser tentadora.