La otra Copa América
“El país debe tomar esta vitrina como una oportunidad para demostrar la fortaleza de nuestras instituciones”.
En tan sólo 3 días llegarán 70 mil extranjeros a presenciar los partidos de la Copa América. Es por esto que Chile estará durante estas próximas 3 semanas en la mira de todo el mundo. Los escándalos de corrupción que últimamente ha sufrido la FIFA han recordado que, a pesar de la famosa frase de Vujadin Boskov, el fútbol no es sólo fútbol. Más allá del deporte, se juega en la cancha mucho poder económico y político.
En este sentido, el país ha tomado algunas precauciones bastante severas. Es el caso de la prohibición de ingreso de miembros peligrosos de barras bravas de otros países, siendo el más perjudicado Argentina. Más allá del debate que pueda surgir por la vulneración de derechos individuales respecto de esta medida, el severo control de admisión es una clara señal de prevención contra la delincuencia y los desórdenes, como una medida de fortaleza institucional, para el resto de Latinoamérica.
Quizás lo más visible es el estado de los estadios que participarán de la Copa. Todos están listos para recibir a los jugadores, pero hay incertidumbre de cómo responderá el Monumental. Este estadio no formaba parte de la planificación original de la Copa América. Sin embargo, por el atraso de la entrega del Ester Roa de Concepción, se incluyó dentro de la nómina. Es preciso poner especial atención a las políticas de prevención y seguridad en el Monumental, pues, recordemos, es un estadio privado (pertenece a Colo Colo) y en el pasado ha sido escenario de grandes incidentes.
En un trabajo conjunto, la PDI, la Subsecretaría de Prevención del Delito y Estadio Seguro han desarrollado campañas preventivas dirigidas a los turistas que asistan a los partidos de la Copa América, con el fin de informar acerca del funcionamiento de protocolos y autoridades de seguridad, con el fin de evitar incidentes y disturbios.
La Copa América llega a Chile en un momento difícil para nuestra política. Los casos de financiamiento que han afectado a nuestras autoridades podrán ser exportados fácilmente a la opinión pública de los países que tendrán a Chile en la mira, por otros motivos. El país debe tomar esta vitrina como una oportunidad para demostrar la fortaleza de nuestras instituciones, sobre todo de Carabineros, para demostrar transparencia y solvencia al extranjero. Es tiempo de evaluar, por ejemplo, cómo se ve en el exterior que un ministro renuncie a pocas semanas de haber asumido, por haber salido a la luz un caso de conflicto de intereses que lo involucra. Para otros países de Latinoamérica, donde la corrupción está instalada, quizás sea un acto consecuente. Pero hay que poner la vara más alta. Todos queremos que Chile gane en el fútbol, pero también preocupémonos por ganar este otro partido, que se juega detrás de la Copa América.