La recuperación moral de Vidal
“Pedir sanciones más allá de la ley, puede caer en un juego mucho más peligroso”.
Arturo Vidal, al igual que cualquier ciudadano que comete un ilícito, fue detenido, declaró y se encuentra sometido al proceso judicial correspondiente. La polémica vino después, por ser un ídolo de la selección en plena Copa América, con problemas de conducta anteriores, como el “bautizaso”.
Tras el proceso regular, vino un cuestionamiento moral de una parte de los ciudadanos, que pedían justicia más allá de la ley, lo que puede caer en un juego mucho más peligroso que, aunque sin violencia, va en la línea de las detenciones ciudadanas.
Arturo Vidal no merece una sanción adicional. Al menos esa es la señal que dio el técnico de la selección, Jorge Sampaoli, al preocuparse solamente por el desempeño del fútbol y no por la polémica. De limpiar su nombre se encargó el mismo Arturo, con la ayuda de una declaración de la Presidenta alegrándose de que estuviera bien; su llanto ante las cámaras despertó el sentimiento paternalista con aquel que partió de abajo, y finalmente vimos un abrazo con el presidente de la ANFP, tras la clasificación de Chile a la siguiente fase.
Si Sampaoli hubiese considerado que la responsabilidad de Vidal iba más allá de lo judicial, no lo hubiera dejado jugar, pues quizás eso se requería para calmar a la ciudadanía y ofrecer una cara de rectitud propia de los anfitriones de la Copa.
Una sanción moral, en el caso de Vidal, es discutible. Es cierto que representa al país en su deporte y que puede ser un ejemplo para los niños, pero esa es una responsabilidad que el jamás pidió. Arturo Vidal no ha postulado a un cargo de representación popular ni ha protagonizado campañas gubernamentales, pero usar la camiseta de la selección, en representación de un país, trae consigo responsabilidades implícitas que se debe asumir.
En cuanto a la petición de una parte de la ciudadanía de no dejarlo jugar, cabe preguntarse: ¿una sanción judicial implica otra laboral? En algunos casos sí, dependiendo de lo estipulado por cada institución y su propio código de ética. En este caso, el reglamento de la ANFP no se refiere a sanciones para los jugadores en faltas fuera de la cancha mientras no haya una denuncia al tribunal de disciplina de la institución. Mientras no la haya, la palabra final la tiene el Director Técnico. Y en este caso, Sampaoli decidió no sancionar. El directorio de la ANFP tiene un período de 30 días para establecer una denuncia, y en el caso de Vidal, todavía no la hace.