Migración como oportunidad
Por Felipe Alessandri V.
Concejal de Santiago
“Chile cuenta con la legislación migratoria más antigua de América Latina, que resulta anacrónica”.
Por Felipe Alessandri V.
Concejal de Santiago
A mediados del siglo pasado la población migrante era mayoritariamente europea, algunas familias árabes y algo de orientales. En medio siglo aquello mutó y hoy la migración tiene un fuerte acento sudamericano. Comunas como Santiago, han recibido parte importante de la población de extranjeros que ha llegado al país, considerándolos en todos los planes municipales.
No por nada, la colonia peruana residente celebra sus distintas festividades en nuestras calles y parques e incluso a un sector de calle Catedral le llaman la pequeña Lima. Los hijos de migrantes acuden a nuestras escuelas y consultorios, siendo el Municipio capitalino un promotor de la inclusión. Generándose por lo general, una considerable acogida a los extranjeros en nuestra comuna, lo que es extrapolable a todo el territorio nacional.
No obstante aquello, Chile cuenta con la legislación migratoria más antigua de América Latina, y que a estas alturas resulta anacrónica. El Decreto Ley 1095, de 1975, que nos rige fue concebido bajo términos restrictivos, se caracteriza por el proteccionismo y la rigidez, probablemente inspirado en la situación regional y nacional que se vivía al momento de su dictación. La migración, por esos años, se miraba con cierto recelo y se percibía por algunos sectores como una amenaza; lo que hoy resulta insostenible, añejo e injustificado.
El fenómeno migratorio abordado integralmente y bien conducido, puede ser tremendamente positivo para el país. Desde aspectos muy diversos, tales como el aumento de la natalidad, el emprendimiento y como elemento para solucionar las deficiencias propias del mercado laboral, entre otras. Un avance sustancial fue el Proyecto de Ley de Migraciones, ingresado a tramitación bajo la administración Piñera. Sorprende eso sí, que a quince meses de iniciado el actual Gobierno, no se hayan visto avances concretos en la materia.
Así las cosas, surge la imperiosa necesidad, tal como la actual Presidenta comprometió en su campaña presidencial, de señalar que: “(…) evaluaremos modificaciones a la legislación migratoria que cambie el enfoque actual, basado en una perspectiva de seguridad y de gestión de mano de obra inmigrante, por una perspectiva de inclusión, integración regional y un enfoque de derechos que aseguren la inserción efectiva de esta población al país y que permita una coordinación dinámica, cooperadora y eficiente de todos los entes públicos relacionados con la política migratoria”; de avanzar en el tema y ponernos al día en materia migratoria; ya que lejos de ser una amenaza, la migración es una oportunidad.