Segunda mirada: Abajo el peligroso bombo
En un intento por resguardar nuestra seguridad, nuestra imagen-país y la integridad física y psicológica de todos los asistentes a los estadios durante la Copa América, las autoridades organizadoras se han mantenido firmes frente a las absurdas peticiones de hinchas y pandilleros de barras bravas, que insisten en delinquir. En esta oportunidad lo hacen intentando […]
En un intento por resguardar nuestra seguridad, nuestra imagen-país y la integridad física y psicológica de todos los asistentes a los estadios durante la Copa América, las autoridades organizadoras se han mantenido firmes frente a las absurdas peticiones de hinchas y pandilleros de barras bravas, que insisten en delinquir. En esta oportunidad lo hacen intentando a toda costa entrar con un bombo al estadio, cuando es de conocimiento público que desde 2012, a través de una valiente y necesaria iniciativa de Estadio Seguro, está prohibido el ingreso de este peligroso instrumento.
Mejor sería que no se sigan quejando y que aprovechen de entonar cánticos mientras puedan. La interpretación que muy bien ha hecho Estadio Seguro es que los ciudadanos honestos y esforzados quieren disfrutar del fútbol sin peligro. Por eso pedimos, no a gritos sino en un volumen moderado, que se ponga fin a los groseros cánticos que ofenden al equipo contrario. ¡Viva Chile, miércale!
E. Risopatrón