Segunda mirada: El príncipe Orrego
Claudio Orrego siempre ha sido un príncipe. No por nada bautizaron como “los príncipes” al grupo falangista que componía junto a Burgos, Walker y Undurraga. Aunque no precisamente por andar a caballo y rescatar princesas. Olvidadas las ciclovías y su guerra contra el auto, el pobre príncipe es vapuleado una vez más. Esta vez, por […]
Claudio Orrego siempre ha sido un príncipe. No por nada bautizaron como “los príncipes” al grupo falangista que componía junto a Burgos, Walker y Undurraga. Aunque no precisamente por andar a caballo y rescatar princesas.
Olvidadas las ciclovías y su guerra contra el auto, el pobre príncipe es vapuleado una vez más. Esta vez, por haber aprobado una marcha nocturna, a sabiendas de los desmanes que se producirían. La excusa: la marcha se realizaría de todos modos y con peores desmanes.
Los más benévolos adjudican la decisión a una mala estrategia de mando o a la ingenuidad de la corona. Pero a otros les resulta más difícil subestimar a este ex aspirante a monarca, que bien podría protagonizar un capítulo más del famoso libro de Maquiavelo. Este príncipe culminó el legado de los noticiarios de Mega e implantó en la mente de los ciudadanos el rechazo total a cualquier manifestación que sugiera brotes de violencia, recobrando así la necesidad de la fuerza de Carabineros para imponer el orden.
E. Risopatrón