Segunda mirada: Restricción indefinida de 3 y 4
La insolente medida de la Intendencia de reducir los pésimos índices de contaminación del aire a través de restricción vehicular de catalíticos por fin trajo algo bueno. Aunque la descongestión fue casi imperceptible cuando la restricción correspondió a las patentes terminadas en otros dígitos, ayer, cuando fue el turno de los terminados en 3 y […]
La insolente medida de la Intendencia de reducir los pésimos índices de contaminación del aire a través de restricción vehicular de catalíticos por fin trajo algo bueno. Aunque la descongestión fue casi imperceptible cuando la restricción correspondió a las patentes terminadas en otros dígitos, ayer, cuando fue el turno de los terminados en 3 y 4, el cambio fue notorio. No en la cantidad de vehículos menos, granos de arena que se vuelan de la playa, pero sí en cuanto a la armonía.
Ningún auto se apresuró antes de que cambiara el semáforo para quedar atravesado, bloqueando la calle contraria; se respetaron los semáforos; no se oyeron insultos, bocinazos ni dedos anulares, y todos señalaron con intermitente su cambio de pista para esperar su turno.
Señor intendente, descongestionar Santiago es imposible. Pero si le interesa que haya paz, conciliación y respeto en las calles de Santiago, una medida probada sería la restricción permanente de las patentes terminadas en 3 y 4.
E. Risopatrón