El favoritismo del Papa
“Entra en un favoritismo que en diplomacia quizás no tenga validez, pero sí pesa en propaganda y opinión pública”.
“Con la Iglesia hemos topado, Sancho”, decía el Quijote. Parece que nos está sucediendo lo mismo luego de la visita del Papa Francisco a la zona, donde esperábamos que no se metiera en camisa de once varas. Finalmente lo hizo y lo reiteró en su viaje de vuelta, demostrando inclinación hacia la causa boliviana, que ha calificado de justa y comprensible.
Nuestra Cancillería hace filigranas para no confrontarse con el Jefe de Estado Vaticano y procura mostrarse comprensivo con el llamado al diálogo que hizo en la Catedral de La Paz, pero sabiendo claramente que Bolivia, más que diálogo, quiere mar. Por eso, estamos seguros de que Morales continuará llevando a cabo su campaña internacional, con la que ha logrado construir su imagen de víctima. Pero con el ingreso al juego del ex secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, un as de espadas se ha incorporado al mazo. Él ya comenzó un pasivo contraataque, entregándoles a argentinos y uruguayos los antecedentes que siempre Chile ha esgrimido para demostrar la inconsistencia boliviana sobre su encierro mediterráneo frente al cúmulo de facilidades que Chile le otorga para su comercio con el exterior.
Se supone que el Papa Francisco sabía todo eso, porque la embajada de Chile en el Vaticano tiene que haberse esforzado por informarle bien antes que emprendiera el viaje a Bolivia. Lo normal es que se den instrucciones desde la Cancillería para no dejar pasar instancias que pueden dañar al país. De ahí que cabría esperar un llamado a informar, por lo menos, de nuestra representante en el Vaticano y hacer sentir a dicho Estado que no estamos conformes con el desarrollo de este episodio. No se trata de hacer rodar cabezas, sino de dejar en claro que rechazamos el partidismo asumido. Las últimas encuestas son contundentes para rechazar las declaraciones de Francisco como lo expresa un 70% de los chilenos rechaza las declaraciones de Francisco y un 85% se opone categóricamente a la opción de una mediación en el tema por parte del Jefe de Estado Vaticano.
Francisco, como argentino, conoce bien nuestra zona. En su juventud había estado ya en Bolivia y al parecer miraba con simpatía la aspiración marítima. Si esa es su disposición, entra en un favoritismo que en diplomacia quizás no tenga validez, pero sí pesa en propaganda y opinión pública. Quizás sería mucho pretender que se disculpe, al igual que en otra oportunidad tuvo que hacerlo con México cuando habló de la mexicanización de Argentina. Pero el Papa debe advertir que no es la mejor forma de preparar su futuro viaje a Chile.