Migraciones para el Chile que viene
La Ley de Extranjería cumplió 40 años, lo que no es motivo alguno de celebración. Con una lógica de seguridad nacional, sustenta sus definiciones de políticas y de gestión en una concepción de la migración como amenaza, pretende modelar la realidad a partir de medidas administrativas y supone un poder ilimitado de la administración para […]
La Ley de Extranjería cumplió 40 años, lo que no es motivo alguno de celebración. Con una lógica de seguridad nacional, sustenta sus definiciones de políticas y de gestión en una concepción de la migración como amenaza, pretende modelar la realidad a partir de medidas administrativas y supone un poder ilimitado de la administración para decidir quien entra y sale del país sobre la base de principios retrógrados y discriminatorios. Junto a lo anterior, la institucionalidad encargada de la gestión es débil e incapaz de brindar una atención digna a los inmigrantes y de respetar sus derechos.
Esto impide incorporar el enorme potencial de desarrollo que significa la migración y afecta nuestro prestigio internacional al contribuir al incumplimiento de compromisos adquiridos.
Por ello el Gobierno ha comprometido modernizaciones legales e institucionales que incorporen el enfoque de derechos como fundamento de las definiciones políticas y que fortalezcan la estructura institucional para enfrentar los desafíos de la migración.
Buscamos aprovechar los espacios que la institucionalidad brinda para avanzar en una agenda de reconocimiento de derechos en ámbitos como el acceso a la residencia para los extranjeros por motivos laborales, el reconocimiento de las diversas formas de familia como fundamento para la regularidad migratoria, el establecimiento de sistemas de apoyo para víctimas del delito de trata de personas, la no sanción administrativa para niños inmigrantes, el reconocimiento de una nacionalidad para todos los niños que nacen en Chile, avances en materia de salud, educación y vivienda entre otras.
En un plano más trascendente, se requiere de una ley que transforme las acciones en políticas de Estado y por ello, basado en un proceso de escucha activa, en el que hemos contado con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, propondremos una nueva iniciativa legislativa, que esperamos dé inicio a la discusión de una nueva Ley de Migraciones durante el segundo semestre de este año.
Cuarenta años es demasiado tiempo.
Al acercarnos al medio millón de extranjeros residentes, no podemos postergar una discusión que es importante, urgente y trascendente: una Ley de Migraciones para el Chile multicultural y diverso que viene.
Rodrigo Sandoval Ducoing
Jefe nacional
Extranjería y Migración