Segunda mirada: Triste ecuación
Por Pancho Bueno El evento deportivo: Chile y México por la Copa Davis. Sede remodelada: el gimnasio Tortuga de Talcahuano, destruido por el terremoto y tsunami de 2010, y reconstruido tras una inversión de mil millones de pesos. La ecuación es la que causa temor: evento deportivo más estadio nuevo. En el caso del tenis, […]
Por Pancho Bueno
El evento deportivo: Chile y México por la Copa Davis. Sede remodelada: el gimnasio Tortuga de Talcahuano, destruido por el terremoto y tsunami de 2010, y reconstruido tras una inversión de mil millones de pesos.
La ecuación es la que causa temor: evento deportivo más estadio nuevo.
En el caso del tenis, hace 15 años volaron centenares de sillas en el duelo entre Nicolás Massú y el argentino Mariano Zabaleta, en el recién inaugurado Arena Santiago (la segunda inauguración, con butacas verdaderas debió esperar años).
En el caso del fútbol, es una historia tan repetida que parece podrida: en los últimos años los únicos criminales exiliados de los espectáculos fueron los bombos, los lienzos, el papel picado y los globos. En cambio, el hincha-vándalo siguió como dueño y amo del estadio.
A estas alturas, que la nueva ley hable de derechos y deberes de los fanáticos, parece un chiste. Y que el plan antiviolencia se llame Estadio Seguro es una burla de proporciones.