Segunda mirada: Una final amistosa
Por Teresita Clark H. La Copa América, motivo de fiesta y jolgorio en todo el cono sur, más que alegría ha generado bastante odio. Los vecinos latinoamericanos tienen cada vez menos de amigos y más de rivales. Cada triunfo ajeno es favorecido por un mal arbitraje y no ha faltado el juego sucio para perjudicar […]
Por Teresita Clark H.
La Copa América, motivo de fiesta y jolgorio en todo el cono sur, más que alegría ha generado bastante odio. Los vecinos latinoamericanos tienen cada vez menos de amigos y más de rivales.
Cada triunfo ajeno es favorecido por un mal arbitraje y no ha faltado el juego sucio para perjudicar al otro, intentando ganar, aunque ello no signifique ser el mejor equipo en la cancha.
Pifias en himnos hermanos, cánticos ofensivos y dedos en lugares que no son bienvenidos han marcado esta versión de la Copa como una de las menos amistosas de la historia, dejándonos como pésimos anfitriones.
La final de hoy ha sido esperada en ambos lados de la cordillera con burlas, ofensas y humillaciones. Si ganamos hoy no será porque metamos más goles. La única victoria satisfactoria sería tomar el reto con altura de miras y jugar, con compañerismo y fair play, un partido amistoso.