¿Será este año tan malo como dicen?
“Que es una élite económica bastante uniforme en su mirada del mundo, hay pocas dudas”.
La pregunta me la hizo un empresario en Pichilemu, a quien le pregunté: “¿Quién le había dicho que este año iba a ser tan malo?”. La respuesta fue directa: “Es lo que dice la prensa”.
Reflexionemos así sobre las expectativas. No creo en complots contra el Gobierno de los cuales la prensa pudiera ser parte. Recurrir a teorías conspirativas ha sido siempre fácil, pero rara vez existen.
Lo que no quiere decir que no haya algo que pensar. El primero debe ser el gobierno y su despliegue comunicacional.
En Chile el problema es que, en el ámbito económico —en el mundo de los empresarios y ejecutivos con poder decisional—, hay una peligrosa uniformidad de pensamiento.
Que es una élite económica bastante uniforme en su mirada del mundo —cuántos impuestos pagar, qué rol el Estado, cuán ineficientes son las soluciones estatales, qué tan necesaria es la regulación—, hay pocas dudas. Esta élite proviene hoy de colegios y universidades que se cuentan con dedos de cada mano. Lo mismo pasa, con menos fuerza, en el mundo de la política.
¿Por qué es peligroso el pensamiento único? Es peligroso exponer todos los ahorros al mismo riesgo y la realidad leerla bajo el mismo prisma.
Más allá de los errores del Gobierno en el diseño, tramitación e implementación de reformas, ellas desafían el pensamiento único.
En lo tributario, el pensamiento único dice que los impuestos sean bajos, porque desde cierto nivel (bajo) pueden ser ilegítimos. No es de extrañar que el pensamiento único sienta incomodidad frente al alza de impuestos. Y eso, entrevistados que sabemos de dónde vienen, lo transmiten por la prensa escrita.
En lo laboral, el pensamiento único dice cómo puede ser que para manejar mi empresa deba ponerme de acuerdo con trabajadores que, finalmente, están de paso. Pero para ganar productividad, es necesario que los trabajadores tengan “stakes”. Las empresas no son galpones donde vienen individuos deseosos de un salario, sino que personas ansiosas de hacer algo útil con su vida.
Desde la lógica interna del pensamiento único, se aprecian reformas inexplicables. Esta incongruencia la reciben como mensaje negativo muchos empresarios, como el de Pichilemu. Parte de la pega del Gobierno es dar señales de confianza y los empresarios ver que hay vida más allá del pensamiento único. Y la prensa debe transmitir dichas alternativas para que no seamos nunca presa de ideas cuya validez puede ser discutible.
O sea, dentro de cierto rango, el año puede ser lo malo (o bueno) que queramos.