Violencia en los estadios
“Por eso resultó tan frustrante que tan sólo ocho días después todo lo ganado se fuera por la borda, en un partido entre reconocidos archirivales”.
En el primer fin de semana de fútbol nacional, tras el receso de un mes, se terminó la luna de miel sin violencia vivida durante la Copa América. Mientras duró el torneo internacional, y bajo el alero de la ANFP y de Estadio Seguro, se conjugaron acciones tendientes a evitar incidentes en los estadios, en las que participaron instituciones como Carabineros, los servicios de salud de las regiones sede y Bomberos.
El trabajo contempló un punto neurálgico: la coordinación intergubernamental para prohibir el ingreso de hinchas violentos. La tarea no fue menor. Los países del Mercosur facilitaron información respecto de quienes, en los distintos países, figuran en las listas negras de los estadios.
En el encuentro final, que llevó a Chile a coronarse campeón del torneo americano, se reforzó el transporte público para permitir el regreso expedito de los hinchas a sus casas y aumentó el contingente de Carabineros.
El resultado fue óptimo. No existió ni un solo episodio de violencia y el fútbol volvió a ser un espectáculo familiar como en los viejos tiempos.
Por eso resultó tan frustrante que tan sólo ocho días después todo lo ganado se fuera por la borda, en un partido entre reconocidos archirivales, como Everton y Wanderers. El jefe del plan antiviolencia Estadio Seguro, José Roa, aclaró que hubo tres reuniones previas para evitar los conflictos. Pero acusó que los organizadores no cumplieron la ley ni los compromisos de manera profesional. Hubo dificultades en los accesos de entrada, también en las salidas de emergencia. “El comportamiento de los hinchas no tiene ninguna justificación, pero el incumplimiento del organizador, de sus responsabilidades, tampoco dijo.
Las acusaciones a los organizadores parecen ser la tónica en eventos como éste. Ellos se defienden: “¿Cómo un club deportivo va a poder hacerse cargo de un tema que necesita conocimiento en materias de inteligencia, de delincuencia?”, se preguntó el presidente de Everton.
Las responsabilidades son compartidas. En otros países se considera indispensable el trabajo conjunto y medidas como las tarjetas de identificación para hinchas, los guardias preparados en el manejo de masas, los policías que hacen seguimiento a barras violentas y las cámaras de seguridad con tecnología de punta.
No seguir pasándose la pelota de las responsabilidades entre Estadio Seguro, los organizadores locales y la ANFP parece ser el primer paso.