Consumo y redes sociales
“El hecho de valorar la experiencia de consumo se ha facilitado a través del uso masivo de redes sociales”.
Un nuevo perfil del consumidor se reveló a través de un estudio de la Universidad San Sebastián, que evaluó los cambios que ha sufrido el comportamiento del consumidor ABC1 en los últimos 20 años. Transformaciones en la economía, crecimiento del país y modificaciones generacionales han gatillado, junto a la diversificación del mercado, una cultura de consumo más amplia, pero a la vez más exigente.
El cambio generacional es crucial para comprender este fenómeno. Además del incremento de los sueldos, la predominación de la llamada “generación Y” en el adulto joven ABC1 ha provocado que la calidad en los servicios y productos tenga mucho más valor que el ahorro que pueda generar en precio. Las personas pertenecientes a esta generación son nativos digitales y tienen mucha interacción en redes sociales. Laboralmente, valoran el tiempo, la diversificación y el desarrollo personal por sobre la estabilidad, y no se alejan mucho de estas preferencias en su perfil como consumidores.
El estudio determinó que los ingresos de este sector se han incrementado por lo menos en un 50%. Del total de sueldos que se pagan en Chile, 88,3% es percibido por personas pertenecientes al sector ABC1, específicamente, el 10% más rico de la población en Chile. Esto ha provocado que el mercado se adapte a los requerimientos de este grupo que, por la mayor capacidad adquisitiva que manejan hoy respecto de hace 20 años, se ha sofisticado.
Esta sofisticación del consumo no responde, como podría pensarse, a la adquisición de productos extraños, sino que va un paso más allá. El fenómeno que se ha provocado es que estos consumidores valoren más la experiencia de compra que la adquisición misma de algún determinado producto o servicio.
Una de las conclusiones del estudio respecto de este punto en particular dice que “les interesa capitalizar y expresar su experiencia como consumidores y escuchar al resto del grupo”. Esto último se ha facilitado a través del uso masivo de redes sociales, que han servido al sector más joven que representa este grupo como una plataforma para compartir sus experiencias de consumo en servicios y productos (sobre todo ha pasado con la comida).
Las redes sociales sirven también como una eficiente herramienta de denuncia frente a los abusos al consumidor y mal servicio, y por lo mismo se han transformado en una fuente confiable para verificar productos y servicios a contratar. Muchas veces, también funcionan de plataforma donde los mismos consumidores dan a conocer y viralizan buenas experiencias de compra que recomiendan, lo que a la vez ha contribuido a formar hábitos de cultura por imitación.