Segunda mirada: Mecenas
Varios multimillonarios del mundo, acostumbrados por años a financiar artistas y exposiciones públicas, han optado en los últimos años por cambiar el modelo de gestión de su mecenazgo y construir sus propios museos y centros culturales, siguiendo el camino que hace décadas abrieron familias como Guggenheim y Whitney. Es el caso de los museos Broad, […]
Varios multimillonarios del mundo, acostumbrados por años a financiar artistas y exposiciones públicas, han optado en los últimos años por cambiar el modelo de gestión de su mecenazgo y construir sus propios museos y centros culturales, siguiendo el camino que hace décadas abrieron familias como Guggenheim y Whitney. Es el caso de los museos Broad, en Los Ángeles, y Vouitton, de Bernard Arnault, en Paris. En América Latina, casos notables son el Museo Soumaya de Carlos Slim, en México; el Museo Fortabat, en Buenos Aires, o el centro cultural Julio Mario Santodomingo, donado a la alcaldía de Bogotá.
En nuestro país esa todavía no es una tradición extendida. Podríamos destacar los casos de Álvaro Saieh, con su centro cultural CA660; Jorge Yarur, con el Museo de la Moda, y Carlos Cardoen, con el museo de Santa Cruz. Pero hay unas cuantas fortunas más que bien podrían meterse la mano al bolsillo y aportar a la cultura con un edificio que lleve su apellido.
J. J. Cruz