Segunda mirada: Sorpresa
Avanza el lunes con su depre a cuestas: los tacos, el debate sobre el aborto, el ultimátum de los camioneros, la anunciada baja en la proyección de crecimiento. Seguro algo pasará con esa nueva palabra: portonazo. Habrá alguna marcha y los diputados Farcas y Silber irrumpirán con alguna idea luminosa e inédita, como exigir la […]
Avanza el lunes con su depre a cuestas: los tacos, el debate sobre el aborto, el ultimátum de los camioneros, la anunciada baja en la proyección de crecimiento. Seguro algo pasará con esa nueva palabra: portonazo. Habrá alguna marcha y los diputados Farcas y Silber irrumpirán con alguna idea luminosa e inédita, como exigir la eliminación del impuesto a los combustibles. Y como septiembre acecha, aparecerán las banderitas, las ofertas dieciocheras, las campañas contra el hilo curado, el folclore, los titulares que ponderan la impecable parada militar o el llamado de monseñor a la unidad de Chile.
Todo tan hecho, tan previsible. Por eso hay que estar atentos a lo sorprendente, a la novedad que salta como un abrazo impensado, como un grafiti sobre la rutina. Así, inesperadamente, llegó a mis manos un libro de George Steiner sobre el match del siglo: el combate mental entre Fischer y Spassky en plena Guerra Fría. Disfruto el placer de no abrirlo, de tenerlo a la mano esperando el viernes.
T. Águila